La de Laura: "Según mi madre, el bisabuelo en la tumba estaba con G, el abuelo firmaba con G y de los 6 hijos, unos lo han hecho con G y otros con J. El primer carnet de mi madre fue con G, a ella le gustaba y lo defendía. Pero cuando me sacó el mio y empezamos que si ella con G y yo con J, una funcionaría muy sensata nos dijo que evitaramos líos y unificásemos. En la partida literal de nacimiento de mi madre dice que es hija de Calixto Jiménez, que era hijo de Emilio Jiménez. Luego va el abuelo y firma abajo-abajo con G, como un señor, así que ella veía eso y decía "como mi padre"."
La de Octavio: "Yo siempre he sido oficialmente J. De pequeño estuve años dándole vueltas a qué firma podría inventarme. Es importante porque una vez que la eliges te acompaña siempre. Tras un primer "Octavio" cambié a Escribano, copiando el garabato de mi padre. Pero no la sentía propia. Quería buscar una original. Y al final decidí firmar "Giménez". Así que el apellido perdido quedó recuperado al menos en el garabato ilegible que tengo por firma."
Filipicante, muy filipicante.
Próximamente, el resto de los declarantes.
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